Desde el pasado septiembre soy becaria del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la Universidad Pompeu Fabra. Eso ha supuesto un gran cambio en mi vida laboral.
Dejé de trabajar en Camino Barcelona, la escuela de español como lengua extranjera en la que llevaba trabajando como profesora desde junio de 2011. Me dio pena dejar un proyecto en el que he estado tan implicada y en el que he aprendido tanto. Sobre todo, me dio muchísima pena dejar de colaborar con tantos buenos profesores como los que trabajan y han trabajado en la escuela: docentes generosos y con los que siempre puedes contar para mejorar una actividad o ponerla a prueba. Sin embargo, sentía que, si mi objetivo es acabar mi doctorado, debo centrar todos mis esfuerzos en lograrlo.
Por ello, obtener la beca ha sido una gran oportunidad, porque puedo dedicarme totalmente al doctorado y estar más centrada que el curso pasado, en el que sentí tener muchos frentes abiertos. Quien mucho abarca, poco aprieta, ¿no? Además, el hecho de estar en la universidad a tiempo completo permite poder asistir a seminarios, jornadas, etc. Es increíble como esto fomenta que te cuestiones más, que estés en constante reflexión. Aprendizaje continuo, creo que no hay nada que me guste más.