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Diario de Aprendizaje

Hacia un nuevo paradigma educativo

Mi compañero de Máster Alfredo López ha colgado unos vídeos en el blog de EcLEcTIC en los que aparece Sir Ken Robinson y que me han recordado a una cosa que dijo Ernesto Martín Peris el 8 de febrero en clase.

Martín Peris nos advirtió de que no podemos dar por hecho que nuestro estilo de aprendizaje es el más eficaz y con el que mejor se aprende. Cada persona tiene un estilo de aprendizaje personal y esto es algo que hay que tener en cuenta al preparar nuestras clase incluyendo actividades muy diferentes y variadas, porque tenemos que atender a distintos estilos cognitivos. Añadió, además, que la escuela ha sido acusada en muchas ocasiones de excluir a algunas personas que tienen estilos diferentes de aprendizaje. En su opinión, esto no se debe a que el sistema quiera excluir, sino a que los profesores muchas veces no se plantean que el aprendizaje también puede ser eficaz siguiendo otro método. Hay que tener en cuenta que los profesores son personas que han tenido éxito en el sistema educativo y creen que la única manera de tener éxito es siguiendo el camino que ellos han seguido. Por tanto, no se trata de maldad, de querer excluir conscientemente, sino de ignorancia o incluso de rutina.

Esto se relaciona con las ideas de Sir Ken Robinson que afirma que seguimos repitiendo los modelos educativos del a Revolución Industrial y que tenemos que hacia un nuevo paradigma educativo, que él denomina “ecológico”, que humanice más a las personas. Habla de cuestionarnos las cosas que damos por hechas (como que los niños de la misma edad vayan juntos a clase) y buscar una nueva forma de educar que fomente la creatividad y no la memorización de conocimientos enciclopédicos. Además, señala que el fin de la escuela no debería ser el de llegar a la universidad y que se debería potenciar más la pasión por nuestra vocación.

Me parece que es una idea muy buena y muy inspiradora, pero tengo que seguir buscando más para ver cómo podemos llegar a materializarla y cómo aplicarla a la enseñanza de español como lengua extranjera. Si alguien sabe más al respecto, le animo a lo comparta en los comentarios.

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Comportamiento en U

Durante estos días hemos estado hablando en diferentes asignaturas sobre los distintos enfoques teóricos que han querido dar explicación a cómo se adquieren las lenguas (tanto las nativas como las no nativas) a lo largo de la historia.

Uno de estos enfoques es el del conductismo: en esta aproximación, y simplificando mucho, se afirma que el niño adquiere la lengua tal y como adquiere cualquier otro comportamiento, es decir, va imitando formas que observa en los adultos. Es importante destacar que el concepto de «imitación» implica que la persona que imita no entiende qué está diciendo ni sabe cuáles son los constituyentes de esta producción lingüística que está emitiendo. En la enseñanza de segundas lenguas este enfoque tuvo como consecuencia los famosos cassettes de «listen and repeat» (que levante la mano cualquier aprendiente que no haya hecho alguna actividad de estas, que me apuesto lo que sea a que serán minoría).

Entre las diversas carencias que presenta este enfoque hay una que me ha parecido muy interesante y es la de que  no explica la formación analógica de palabras. Así, si el niño sabe que la primera persona del verbo cantar es canto, podrá deducir que la primera persona del verbo comer es como, aunque no lo haya oído previamente. Esto genera una pregunta, desde mi punto de vista, aún más interesante y que yo nunca antes me había formulado: si aprendemos imitando, ¿cómo puede ser que los niños produzcan formas lingüísticas incorrectas que los adultos no producen?

Esto es lo que se conoce como el comportamiento en U (U-shape behaviour). Los niños, en una primera etapa, dicen sé. Aún no han aprehendido la norma y están simplemente repitiendo sonidos. De repente, y sin que lo hayan escuchado previamente en un adulto (porque ningún adulto dice esto) empiezan a decir *sabo. Esto ocurre porque han formado analógicamente la primera persona del singular del verbo saber siguiendo la norma que he comentado anteriormente del verbo cantar. Todavía no han adquirido que el verbo saber es un verbo irregular y, por tanto, su lógica les dice que deben conjugar el verbo como indica la norma que han deducido. En una fase final, el niño adquirirá la forma irregular y ya no volverá a producir la forma agramatical descrita anteriormente. También me parece destacable que esta última adquisición no depende de las correcciones que los adultos realicen al niño: el niño adquirirá este dato lingüístico correcto cuando él quiera. No necesita que le corrijan, porque todos los datos lingüísticos (o input) que recibe se lo dirán.

¿Y en la adquisición de segundas lenguas también se da este fenómeno? Sí. Puede ocurrir, por ejemplo, que un aprendiente de español como lengua extranjera siga el mismo recorrido que ha realizado el niño. Por ejemplo, en una primera fase, un aprendiente utiliza la palabra roto sin haber hecho una reflexión sobre ella. Más adelante, le explican que el los participios de los verbos que acaban en -er se forman añadiendo el sufijo -ido, como las formas comer y comido. Y él, a partir de esa explicación, sobregeneraliza la norma y forma el participio *rompido. En este caso, sí que sería conveniente una corrección para que el hablante entienda que hay formas irregulares y que roto es una de ellas.