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Reflexiones durante mi formación

La presentación de Gramática Pedagógica

A mediados de noviembre acabamos la asignatura de Gramática Pedagógica, impartida por Sergi Torner y Ernesto Martín Peris. Debo decir que por el título me esperaba otra cosa (creo que a muchos de mis compañeros les sucedía lo mismo), pero el primer día Sergi Torner nos aclaró que solo dedicaríamos un par de sesiones a hablar de problemas concretos de la gramática del español y nos íbamos a dedicar más a observar diferentes enfoques de la gramática, para poder utilizar un enfoque u otro en nuestras explicaciones gramaticales en clase. Así, cuando tuviésemos dificultades al explicar algún fenómeno particular, supiésemos afrontarlo desde diferentes perspectivas y ver cuál nos conviene más desde un punto de vista pedagógico. Sinceramente, este planteamiento me ha sorprendido y, además, ha hecho que abra mis opciones y mis miras a la hora de explicar un fenómeno gramatical, por ejemplo, plantéandome intengrar la gramática cognitiva o el análisis del discurso en las explicaciones gramaticales. Quizás sí que me han faltado algunos ejemplos más (y más concretos), pero supongo que el tiempo también apremia en algunas situaciones.

Una de las tareas que debíamos realizar para la asignatura era leernos una serie de artículos sobre un tema y hacer una presentación en la que agrupásemos las ideas contenidas en estos artículos. Nuestra presentación era sobre la Gramática pedagógica en el enfoque comunicativo. El resultado fue este:

No lo cuelgo porque piense que esté especialmente bien, sino porque creo que podríamos haberlo hecho mejor. Hicimos el esfuerzo de presentar todos los artículos juntos y fue una labor muy difícil, pero hubo un momento en el que nos «colapsamos» y nos quedamos ahí, no supimos ir más allá. Sí, había un esquema global, pero creo que no iterrelacionamos lo suficiente los artículos. Lo curioso es que esto lo veo ahora: el día de la exposición estaba muy contenta con el resultado. Además, era la primera vez en mi vida que hacía un Power Point (os parecerá increible, pero es así) y creo que me queda mucho por aprender en el arte de preparar presentaciones, empezando por la idea básica de no poner demasiado texto en cada diapositiva.

Todo esto me ha hecho plantearme varias ideas:

  1. Tengo que buscar tutoriales sobre cómo hacer bien una presentación: quería que mis compañeros pudiesen leerse la presentación en un futuro y acordarse de lo que les contamos, pero me pasé con el texto.
  2. Cuando estábamos preparando los contenidos estuvimos bromeando sobre la idea del filtro afectivo, de la que habíamos estado hablando esa semana en Adquisición de Lenguas. Creo que realmente nuestro bloqueo fue un «filtro afectivo», en el sentido de que llegamos a un punto en el que le habíamos dado tantas vueltas al mismo asunto que no supimos alejarnos y ver nuestra presentación desde fuera. Probablemente si la hubiésemos realizado con un poco más de tiempo para dejarla «reposar» un par de días para luego volver a ella nos habría salido mejor.
  3. He estado pensando también en la forma de evaluar. Sí, es cierto que debemos poner fechas límites, porque si no todo se podría alargar eternamente en el tiempo, pero estos días me estoy preguntando muchas cosas sobre el tiempo de maduración que necesitamos cada alumno. Quizás algunos alumnos necesitamos más tiempo para poder ir más allá, para poder alejarnos y acercarnos a las ideas que se nos proponen. ¿Cómo se puede compatibilizar esto con el hecho de tener que evaluar unos conocimientos?