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Diario de Aprendizaje

Alternancia constructiva

En el aprendizaje nunca podemos conseguir respuestas definitivas; más bien encontramos nuevas preguntas, descubrimos otras posibilidades que podemos ensayar. El conocimiento se rige en el fondo por la alternancia constructiva; todo puede ser siempre reconstruido.

Salmon, P. (1988) Psycology for Teachers: an alternative approach
(Leído en Psicología para profesores de idiomas de M. Williams y R.L. Burden)

Poco puedo añadir a esta cita que leí hace ya tiempo en el famoso libro de Williams y Burden. La apunté porque me siento muy identificada con esta manera de ver la enseñanza, con la idea del aprendizaje como una alternancia constructiva que, en mi opinión, bebe mucho de los diálogos socráticos. Pero, a diferencia de antes, ahora ya no dependemos del profesor que todo lo sabe, sino que entre todos, profesores (siempre en formación) y alumnos, vamos construyendo un conocimiento que nos lleva a nuevas preguntas. Y así, como diría Buzz Lightyear, hasta el infinito y más allá.

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Cajón de sastre

Software libre para la enseñanza

Aprovechando que el CENATIC (Centro Nacional de Referencia de aplicación de la TIC basadas en fuentes abiertas) está promoviendo la candidatura del software libre para los premios Príncipes de Asturias me gustaría hablaros de las ventajas que tiene usar este tipo de software en la enseñanza.

Antes de ello, querría aclarar qué es el software libre y cuáles son sus ventajas. Se considera software libre a aquel cuyos autores han dado a los usuarios la libertad de estudiar cómo funciona el programa (es decir, publican su código fuente); la libertad de distribuir copias a cualquier persona que deseen; y la libertad de mejorar el programa o de adaptar el programa a sus necesidades específicas, y publicar y distribuir estas adaptaciones de modo que más personas utilicen estas distribuciones adaptadas.

¿Y qué ventajas tienen estas libertades? La primera y más evidente es que el software libre suele ser gratuito, evitándonos costes innecesarios. Además, podremos instalar estos programas tantas veces como queramos y dónde queramos. Pero no son estas las únicas razones: gracias a que el código fuente está disponible a todo el mundo la seguridad de los programas se mejora más rápidamente, se da una mayor independencia tecnológica, podemos encontrar herramientas adaptadas a diferentes tipos de necesidades… Además, los sistemas y programas libres suelen ser menos pesados y, de este modo, podemos tener máquinas menos potentes que funcionen más velozmente.

En la enseñanza, el uso del software libre añade, además, otras ventajas. En primer lugar, al no tener coste y poderse utilizar en ordenadores menos potentes, fomentamos un software que está al alcance de todo el mundo y que no solamente se podrá utilizar en los centros educativos o de forma ilegal en casa. Por estos mismos motivos y porque se puede utilizar este software en maquinarias menos potentes, el uso de estas herramientas ayudaría a salvar la brecha digital. Al ser herramientas que se pueden adaptar a las necesidades de los usuarios, podemos encontrar programas y sistemas operativos pensados especialmente para un uso educativo. Además, si en la enseñanza inevitablemente estamos transmitiendo valores, qué mejor que fomentando la independencia, el pensamiento crítico y la autonomía mediante el uso de programas que no dependen de ninguna empresa.

“Pero esto del software libre, ¿no es para frikis o expertos en informática?” os estaréis preguntando. Cuando se hablan de software libre siempre se piensa en el sistema operativo Linux o en su distribución más conocida, Ubuntu, pero también podemos encontrar ejemplos de programas libres tan conocidos como el paquete ofimático OpenOffice, el navegador Mozilla Firefox o el programa de edición de imagen Gimp. Asimismo, puede ser que ya esteis usando programas de código abiertO: Moodle, programas para hacer blogs como WordPress o los smartphones que utilizan Android son ejemplos que están presentes en nuestra vida diaria de software libre.

En mi opinión, en la era del aprendizaje colaborativo y de la construcción conjunta de conocimiento qué mejor que utilizar herramientas que han sido creadas de forma colaborativa por grupos de personas que ponen a disposición su conocimiento para que todos podamos salir beneficiados de él.

(Entrada publicada originalmente en el blog EcLEcTIC, blog de la asignatura Las TIC en la didáctica de ELE, impartida en el  Máster de Formación de Profesores de ELE de la Universidad de Barcelona)

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Diario de Aprendizaje

Hacia un nuevo paradigma educativo

Mi compañero de Máster Alfredo López ha colgado unos vídeos en el blog de EcLEcTIC en los que aparece Sir Ken Robinson y que me han recordado a una cosa que dijo Ernesto Martín Peris el 8 de febrero en clase.

Martín Peris nos advirtió de que no podemos dar por hecho que nuestro estilo de aprendizaje es el más eficaz y con el que mejor se aprende. Cada persona tiene un estilo de aprendizaje personal y esto es algo que hay que tener en cuenta al preparar nuestras clase incluyendo actividades muy diferentes y variadas, porque tenemos que atender a distintos estilos cognitivos. Añadió, además, que la escuela ha sido acusada en muchas ocasiones de excluir a algunas personas que tienen estilos diferentes de aprendizaje. En su opinión, esto no se debe a que el sistema quiera excluir, sino a que los profesores muchas veces no se plantean que el aprendizaje también puede ser eficaz siguiendo otro método. Hay que tener en cuenta que los profesores son personas que han tenido éxito en el sistema educativo y creen que la única manera de tener éxito es siguiendo el camino que ellos han seguido. Por tanto, no se trata de maldad, de querer excluir conscientemente, sino de ignorancia o incluso de rutina.

Esto se relaciona con las ideas de Sir Ken Robinson que afirma que seguimos repitiendo los modelos educativos del a Revolución Industrial y que tenemos que hacia un nuevo paradigma educativo, que él denomina “ecológico”, que humanice más a las personas. Habla de cuestionarnos las cosas que damos por hechas (como que los niños de la misma edad vayan juntos a clase) y buscar una nueva forma de educar que fomente la creatividad y no la memorización de conocimientos enciclopédicos. Además, señala que el fin de la escuela no debería ser el de llegar a la universidad y que se debería potenciar más la pasión por nuestra vocación.

Me parece que es una idea muy buena y muy inspiradora, pero tengo que seguir buscando más para ver cómo podemos llegar a materializarla y cómo aplicarla a la enseñanza de español como lengua extranjera. Si alguien sabe más al respecto, le animo a lo comparta en los comentarios.